Ayelén Díaz

“Ayudar es mi estilo de vida”

Durante tres años, Ayelén se acercó al cuartel de Bomberos Voluntarios de Avellaneda para anotarse en la lista de espera del ingreso. Al principio no tomaban mujeres, pero Aye no se dejó vencer. Es de las que no acepta fácilmente un “no” como respuesta, y perseveró hasta conseguirlo. Hoy disfruta de este oficio por el simple y enorme hecho de querer ayudar a los demás, porque le hace bien y porque no puede pensar en otra cosa que estar al servicio de alguien que lo necesita. Encontró su vocación voluntaria en ser bombero, pero eso también lo traslada a sus otros trabajos. Inquieta, sonriente y entusiasta, nos recibió en su cuartel para contarnos sobre todo aquello que hoy la hace feliz.

¿Cuál fue tu motivación para iniciar este voluntariado tan desafiante?

Todos mis trabajos son todos así eh… (risas). Además de ser bombero, soy guardavida y estoy terminando el profesorado de educación física. También soy profe de natación y trabajo con chicos especiales en recreación y deportes. La verdad es que todas las cosas que hago tienen que ver con ayudar. Sí recuerdo que de chica fui a un cuartel de bomberos con el jardín y siempre me gustó. ¡Yo los veía como héroes! Igual ahora de este lado siento que soy una persona común y corriente, pero el que te ve de afuera te encuentra como un héroe. Cuando le conté a mi familia que iba a ser guardavidas me preguntaron “de dónde sacaba estas cosas”. Ahora están todos un poco más acostumbrados, pero al principio, cada vez que sonaba la sirena, mi mamá me llamaba para ver si estaba bien. Se preocupa y me dice “porqué me hacés estas cosas”. Yo lo entiendo, es mi mamá y es lógico. Cuando les conté que iba a empezar a ser bombero, lo primero que dijo mi papá fue: “Bueno, ¿y cuándo vas a hacer algo que te paguen?”. Siempre que empiezo algo nuevo me dice lo mismo, porque está todo siempre dentro de lo mismo. A mí me gusta todo lo que tiene que ver con ayudar viste…

Además de ayudar, se ve que también te gusta el desafío físico. ¿Necesitás mucha destreza para ser bombero?

En realidad no, porque para ingresar tenemos el curso de capacitación práctica y teórica que son 6 meses. Para ser bombero te toman examen, tenés prácticas antes y la asistencia también es muy importante. Conocer el cuartel y estar acá aunque no te salga un incendio. Si bien cada uno se maneja los tiempos, hay horas que tenemos que cumplir aunque no estemos en servicio. El entrenamiento es como una carrera, primero la hacés y después empezás a ejercer. De hecho, justo el día que yo pasé a bomberos tuvimos uno de los incendios más grandes. El informe que avisaba que yo ya estaba lista para salir como bombero llegó a las 11 de la mañana y a las dos de la tarde pasó esto. Fue un incendio de fábrica en Piñeiro. Entramos, trabajamos y en un momento hubo un derrumbe. Por suerte hubo un oficial que se dio cuenta antes, pero salió el último y se cayó todo. Fue un milagro. Ahora mismo se me pone la piel de gallina, fue terrible. Estábamos todos en shock.

Después de vivir esa primera experiencia, ¿no te replanteaste la idea de ser bombero?

No, la verdad es que no me asustó. Obviamente la pasamos muy mal, pero no me lo replanteé. He visto a mis compañeros muy mal por otro incendio en el que falleció una nenita de 3 años porque estaba metida debajo de la cama. A mí eso no me pasó pero cuando existen esas situaciones no hay un consuelo. Sabemos que hacemos todo lo que podemos y que en determinados momentos realmente no tenemos la culpa. En el servicio podemos accionar hasta cierto punto, pero después es inevitable que te impacte lo que haya pasado. Somos personas. Tengo compañeros que después de ese episodio tuvieron que ir al psicólogo. Incluso mi novio, que también es bombero acá, estuvo ese día y estuvo super angustiado todo el día. Pero entendemos que esto también es parte de la profesión, sabemos que puede pasar.

Cuando uno ve pasar un camión de bomberos no se puede imaginar qué pasa dentro. ¿Qué sentís cuando estás ahí en camino a un incendio con la sirena sonando?

Y… a nosotros se nos pone la piel de gallina. De hecho antes de salir tenemos una alarma interna que suena para avisar que tenemos un servicio. Y es re loco porque a veces escuchás ese sonido en otro lado y te agarra una sensación extraña de repente. Desde el vamos vos ya estás siempre predispuesto a ese sonido. Después querés saber a dónde vas, si es un incendio, un accidente… y ahí sí, sentís toda la adrenalina junta.

Sabiendo que en ese momento estás yendo a salvar una vida, ¿no pensás en que estás poniendo tu vida en juego?

Sí, pero uno siempre sabe que su vida está en juego y, aunque lo pensás, no sé si en ese momento ponemos nuestra vida como prioridad. Tiene que ser algo fuerte como el incendio que te comenté de la fábrica. No es que me pregunto “qué hago acá” o por qué soy bombero. Pero sí te agarra un miedo, rezás para que no pase nada o estás todo el tiempo mirando para donde salir por cualquier cosa. Nunca me planteo el tema de mi seguridad. Sé que corro el riesgo y siempre trato de tomar mis precauciones. Primero cuidarse a uno mismo es un lema acá. Primero vos, primero vos, primero vos. Porque si no tenemos nuestra propia seguridad no podemos ayudar a nadie.

Si te pagaran por ser bombero, ¿sentís que se le iría un poco de mística al oficio?

Y, – piensa- yo creo que hay gente que va a estar por estar, o que lo va a tomar como un trabajo. Un trabajo es un trabajo porque está remunerado. Y esto no lo es…

¿Y qué es?

Si me pagaran seguramente pasaría muchas más horas acá. La mayor parte del tiempo en que no estoy es porque tengo otros trabajos que necesito. Uno hace otras cosas, pero estar acá es como un cable a tierra, como tu lugar. Hay gente que viene acá hace casi 25 años y forma parte de la reserva, como un jubilado. Vienen y se juntan, toman mate. Además, no soy bombero solo acá dentro, tengo otros conocimientos como el de guardavida, y eso hace que siempre esté disponible por cualquier cosa, de hecho en mi mochila tengo un botiquín. Me gusta mucho ayudar y poder hacerlo desde todos mis trabajos es muy lindo. Para mí, ayudar es un estilo de vida.