Julieta Bilik

“Venir acá es como un cable a tierra”

Desde el año 2012 Julieta, cineasta (ENERC) y periodista, se acercó a un lugar en donde encontró mucho más de lo que esperaba. Este lugar es el taller de periodismo que brinda en la Fundación Akim Argentina, un centro especializado en dar formación, entretenimiento y sociabilización a personas con discapacidad intelectual. Ella fue convocada para dictarlo y desde que entró descubrió un nuevo universo, una nueva forma de interactuar y de vivir su propia vida. En sus clases de periodismo le enseña a chicos con discapacidad intelectual de diferentes edades a sumergirse en la práctica del periodista y al mismo tiempo a informarse, comunicarse e interesarse por nuevos mundos. En su aula, minutos antes de dar la clase, con toda la energía de quien hace algo que realmente disfruta, nos contó de qué se trata su taller, y cómo el intercambio con los chicos los cambió a ellos y a ella misma.

¿Cuándo se despertó tu interés por el periodismo?

En realidad yo había estudiado cine, siempre me había gustado mucho escribir, y cuando terminé de estudiar, la novia de un compañero mío que trabajaba en una revista me convocó para ser su asistente y trabajar con ella. En algún punto ella descubrió mi vocación más que yo misma. Ahí me di cuenta que me gustaba, que estaba más para el lado de escribir mi veta creativa que el lado de realizar o producir.

Ahora trabajás en Joy y otras revistas. ¿Y cómo llegaste a este taller? ¿Ya habías hecho algún trabajo voluntario antes?

Había tenido algunas experiencias muy esporádicas de colaborar en funciones para el día del niño que organizaban amigos míos, con títeres y esas cosas. Era de coparme y actuar y colaborar pero era algo esporádico. No es que hacía un trabajo comunitario regular. Y conocía a la directora de esta institución por una amiga en común; cuando se liberó el puesto para el taller de periodismo me convocaron. Desde el año 2012 que estoy dando el taller. Encontré acá un lugar hermoso para desarrollarme, para estar con los muchachos. Es una experiencia muy buena que se va enriqueciendo con el tiempo. Al principio hay que conocer los códigos, las herramientas con las que cuentan; toda la clase se adapta mucho a las herramientas que ellos tienen, y la idea de la clase es que desarrollen y profundicen esas herramientas. Que les sirvan para comunicarse en general. La idea es que a través del periodismo encuentren nuevas herramientas de comunicación. Si bien no les cuesta comunicarse, no son tímidos, la idea es que puedan explicar bien quiénes son, qué les pasa, qué quieren, qué necesitan de los demás. Todo eso lo logramos a través de excusas vinculadas con el taller, tareas vinculadas con el taller.

¿Como cuáles? ¿Cómo es un día en el taller?

Algo que hacemos es, salir por el barrio y hacer entrevistas, por ejemplo, estamos cerca del Barrio Chino entonces por ejemplo hemos ido ahí a investigar, sacar fotos, entrevistar a la gente del lugar, conocer quiénes estaban, qué vendían. Salir de la institución, encontrarse con la gente, aprender a presentarse, son cosas que trabajamos acá, porque a veces son muy alborotados, entonces trabajamos eso, que se comuniquen pero lentamente, que sean claros en lo que necesitan y en lo que quieren. Cómo preguntar, cómo presentarse. Yo voy tratando de enseñar todo eso. El año pasado hicimos todo un trabajo sobre derechos civiles, qué eran, cómo se habían conseguido en Argentina y en el mundo; y en realidad más allá de que aprendimos sobre los derechos, desde el derecho a la libertad, la abolición de la esclavitud, el derecho a la reproducción, el derecho al matrimonio igualitario; y también hablamos mucho sobre la ley de discapacidad y del amparo que el Estado les da por tener discapacidad. Eso fue una excusa también para hablar de sí mismos, de sus posibilidades.

¿Cuál fue el efecto en ellos de tratar esta temática? ¿Era algo desconocido para ellos?

Tienen diferentes niveles de conciencia. Algunos tienen mucha más conciencia de su discapacidad, y de sus derechos y otros menos. Lo bueno es que se generó un intercambio, ahora todos tienen un nivel de conciencia mayor sobre su propia condición, y el que tenía quizás profundizó un poco más y entendió que hay otras condiciones también que necesitaron adquirir derechos como los homosexuales, las mujeres, los trabajadores; y eso fue bueno, fue muy revelador para ellos. Porque ahí adquirieron mucha conciencia y herramientas nuevas para poder desarrollarse en la vida. Hacemos periodismo, ellos tienen muchas inquietudes, pero lo fundamental es que adquieran herramientas y puedan mejorar otros niveles de su vida. Este año por ejemplo investigamos historia de los medios de comunicación, cómo habían surgido los diarios, la radio, cómo los avances tecnológicos están relacionados con el medio, fuimos al cine, vimos películas de cine. Conocieron cosas que no habían conocido. También trabajamos con el fotoperiodismo.

¿Qué edades tienen los que van al curso?

Son desde adolescentes hasta sesenta y pico. Pero más allá de las diferencias de edades, quizás sus mayores diferencias son sus niveles de discapacidad. Algunos saben escribir y otros no, algunos saben usar compu y otros no. También trabajamos mucho eso, que el que sabe algo intente contárselo y explicárselo a otros. Yo voy conduciendo que se vayan compartiendo los saberes y los nuevos conceptos. Trato de trabajar también con lo que ellos proponen y les interesa. Por ejemplo uno de ellos propuso como tema las historietas, e investigamos, fuimos al Paseo de las Historietas.

¿Y en esas salidas vas vos con todos ellos? ¿Cuántos son?

No más de 15, depende el día. Me acompaña la secretaria de la institución y hay a veces voluntarios, que no es que vienen siempre. Pero hacen un aporte muy valioso por el intercambio que se genera.

Me imagino que a vos también te debe haber cambiado hacer todo esto, o que algo aprendiste de ellos.

Y a mí me empezó a poner en otro lugar a algunas prioridades, y a relativizar. A veces venía con problemas del trabajo que yo suponía que eran súper graves y venía acá y nos reíamos y me daba cuenta que quizás no era tan grave ni tan importante lo que yo creía que era grave de mi carrera profesional. Son muy cariñosos, muy de preguntarte cómo estás. Quizás en los trabajos las relaciones son más superficiales, ellos quieren saber cómo estoy, qué me pasa. Me parece que es enriquecedor en el sentido de entender que hay otras realidades, convivir con otras realidades; a veces uno en su trabajo está solo con personas de su mismo sector social, de su mismo nivel educacional, que hacen la misma profesión que uno, y no hay mucho intercambio o noción de diversidad, y me parece que estar y venir acá es como un cable a tierra, y es muy divertido, nos reímos un montón.

¿Vos qué ves o, una anécdota que te acuerdes que muestre como impacta en ellos esto de aprender más sobre la comunicación?

Cuando yo empecé a venir al taller ellos el único interés que tenían era por los famosos y la cuestión de lo que pasaba en el Bailando, en Intrusos, y yo empecé a demostrarles que había un montón de otros intereses que podían tener, entonces, ahora yo pregunto qué noticias se enteraron, y ya me cuentan otro tipo de noticias, ya entendieron que nuestro universo de interés en el taller tiene que ver con otras cosas, para que conozcan otros mundos. Fuimos al Museo de Bellas Artes y fue la primera vez que fueron, al Museo del Cine, al Palais de Glace, para que conozcan otras cosas que también son cultura además de la televisión. Eso fue un cambio importante me parece. Se detienen un montón, les interesa un montón, se conmueven a veces, preguntan. Una vez conseguimos que venga Julián Weich y se pusieron súper contentos. Siguen teniendo ese costado cholulo pero no lo explotan en el taller.